Una experiencia inolvidable en Lisboa

Disfrutamos de un ambiente acogedor y un personal amable que siempre estuvo dispuesto a ayudarnos. Las catas de vino fueron un punto culminante y el desayuno lleno de deliciosos pasteles. Recuerden preguntar por las opciones de cena, ¡no se arrepentirán!

Recomiendo para parejas

El lugar tenía una vista increíble desde la habitación, que daba hacia un mirador. Además, me sorprendió la cata de vinos diaria, donde el sommelier realmente sabe su trabajo y los pequeños regalos de cortesía como los pasteles cada tarde fueron un toque especial.

No fue barato, pero sí aceptable.

el hotel está súper chido, el personal es muy amable y siempre listo para ayudar. la habitación es muy comfy y tenía detalles como comida y agua fresca todos los días. la ubicación es perfecta, el tranvía casi a la puerta lo que hace que moverte sea muy fácil. ¡no te pierdas la cata de vinos que ofrecen, es una experiencia increíble!

sin embargo, la alfombra en la habitación necesitaba un refresh y el desayuno podría tener más opciones.

No entiendo cómo este hotel puede tener buenas reseñas. La habitación tenía un horrible olor a cañería que definitivamente arruinó mi experiencia. Además, esperaba un tratamiento especial, como un upgrade de habitación, pero claro, no soy la única. La atención en recepción fue fría y distante. Es una pena, casi escribí algo bueno. pero no pude.

El descubrimiento del vino perfecto

Cada mañana despertamos con el aroma de deliciosos pasteles recién horneados y un amable personal listo para servir en el desayuno. Lo mejor fue la cata de vinos, ¡una experiencia inolvidable!

Sin embargo, la habitación tenía un ligero olor a cañería que resultaba un poco molesto en ciertos momentos. A pesar de eso, el encanto general del hotel lo hizo más que tolerable.

1. Cata de vinos
2. Servicio excepcional
3. Pasteles recién horneados

1. Olor a cañería
2. Desayuno limitado
3. Falta de clareza en el servicio

La experiencia en Palácio Ludovice fue increíble. Disfruté de la cata de vinos y el desayuno con su oferta gastronómica excepcional. Sin embargo, el olor a cañería en la habitación fue un pequeño inconveniente, aunque no arruinó mi estancia. ¡Recomiendo este lugar a cualquier amante del buen comer!

Diseño impresionante, deliciosas opciones gastronómicas, atención constante del personal – experiencia excelente.

Personal super amable y habitación cómoda. Desayuno rico, pero el Wi-Fi era lento.

El diseño del hotel es impresionante, con elementos que combinan modernidad y un ambiente acogedor. La cata de vinos, única y bien organizada, fue sin duda un punto destacado de la experiencia.

Sin embargo, en la habitación había un ligero olor a cañería, lo que resultó un poco molesto, especialmente al entrar. Además, el espacio era más pequeño de lo que esperaba, quizás por la disposición del mobiliario. Este tipo de detalles pueden afectar el confort general, aunque el encanto del lugar lo hizo más tolerable.

Ay, Lisboa! Cada mañana me despertaba con el aroma de pasteles caseros que llenaban el aire, una verdadera delicia. El equipo del hotel siempre estaba listo para mimarte en el desayuno y la cata de vinos fue un punto alto, una experiencia que definitivamente no quiero que se pierda. Me sentí como en casa con tanto comfort en la habitación.

Aunque la experiencia estuvo llena de encanto, debo mencionar un desagradable contratiempo. Me robaron una cantidad considerable de dinero y la respuesta del personal fue decepcionante, enfatizando que la seguridad de mis pertenencias no era su responsabilidad. Me dejaron con un mal sabor de boca.